lunes, 15 de diciembre de 2014

True Detective. Un enganche de dos días.




El conductor (en segundo plano, sin mirar a la carretera) pregunta por las creencias religiosas, el copiloto (obpiamente, primer plano, mirando al frente) responde que es ateo, filosóficamente pesimista, según sus propias palabras:

—la conciencia humana es un trágico error de la evolución, nos volvimos demasiado conscientes de nosotros mismos, la naturaleza creó un aspecto de la naturaleza alejado de sí misma, una criatura que no debería existir según las leyes naturales...

Y en el diálogo escucho: ir de la mano hacia la extinción... «yyy ¡juntos de la mano, hacia la extinción! Como cantan los Funesto Percal en tributo a Siniestro Total.» Reflexioné al instane.

—¿Y qué te hace levantarte por las mañanas? —Quiere saber el conductor, que no es tonto.



True Detective. 2014. ee.uu. 8 capítulos de cincuenta y tantos minutos. Cada temporada es un caso, con sus detectives exclusivos, y concluye... con esa premisa tenía ganas de verla... sí, triunfa... la siguiente temporada está por venir...



Tres amigos me hablaron de la serie, trataban de incitarme a que la viera:

—True Detective es lo mejor que he visto desde The wire. —Vino a decirme el primero, quien prefiere las series realistas y actuales al resto... más o menos como yo.
—True Detective engancha. —Sintetizó el segundo, a quien le gustan muchos tipos de series... hasta las que no me gustan a mi.
—True Detective es una pasada, buena-buena. —Sentenció el tercero, quien está enganchado a las series en general.

Pero yo no tenía tiempo de ver series... ni siquiera veía películas... me encontraba enfrascado en mis lecturas... tan absorbido en leer que tampoco encontraba un momento para escribir entradas sobre lo que leía... sólo quería leer y leer... información nueva, diferentes puntos de vista... pero... ¿a quién cojones le importa mi vida o mis estados de ánimo?

Muy de vez en cuando le proponía a Musa verla, pero recibí las correspondientes negativas, a Musa no le apetecía ver una serie dramática... y True Detective lo es.

Un domingo cualquiera, sin más, se lo volví a proponer... ella se animó a verla... no vimos un capítulo ni dos... vimos cuatro del tirón... y el lunes tarde-noche acabó ocurriendo lo mismo, otros cuatro capítulos y serie finiquitada.

Sí. Engancha. Ambos nos convertimos en adictos a la trama... a los gestos de los dos cracks interpretativos, Woody Harrelson (un poli corriente... con un buen pollón) y Matthew McConaughey (un poli listo, inteligente, lector, apodado El Recaudador), quienes resultan ser también productores ejecutivos... useasé, se vuelcan en el proyecto, lo clavan, lo bordan, empuñan las armas, beben, fuman, follan y disparan como de verdad... aunque Musa me dijo que Matthew sobreactuaba demasiado en sus escenas de agente veterano consultado-interrogado por la nueva horneada de agentes. El primer amigo, por contra me dijo que le encantó y le pareció mega realista. Para gustos colores...

Los colores me llevan a pensar en el director de fotografia, Adam Arkapaw, pues el ambiente acre, ocre, las panorámicas desoladoras y los detalles iluminados son mortales... no quiero estar en Nueva Orleans con las familias sanguinarias gobernando y aplicando las leyes... menuda situación...

Lo que me incita a decir algo sobre el creador, ya que es el guionista de todos los capítulos, se llama Nic Pizzolatto, y he de confesar que no lo había oído en mi vida... sin embargo el guión es brutal... según concluía el primer capítulo pensé «seguro que las familias del gobernador y el sheriff son las máximas responsables... va a ser lo típico macabro que nadie quiere aceptar socialmente... el máximo poder conlleva la máxima oscuridad.» No obstante, cuando llegó la escena en que el espectador conoce al asesino, algún capítulo después, pensé «éste seguro que tiene algo que ver, conoce a alguien, o es un mandado de los poderosos.» El segundo amigo, por contra, me dijo «Yo le dije a mi cuñao: "es ese, fijo, o uno de ellos o él mismo".»

El malo malote, aunque probablemente no el más asquerosa y repugantemente poderoso y agonías de la historia de la serie, me obliga a escribir sobre la dirección, Cary Joji Fukunaga se encarga de plasmar los ocho capítulos. Al presentarnos al rey amarillo lo hace de perfil, como lo más natural del mundo... y lleva una barba guarra de hombre dejado, feo y traspellado. Cuando nos muestra claramente que el cabrón tiene un perfil maltrecho ya no hay vuelta atrás, se avecina el último capítulo...

La travesía hasta el fallido último capítulo ha sido envidiable... y lo que he de decir llegado a este punto es que el responsable de que apareciera en mi cuerpo la adicción, el respeto y la envidia a este tremendo proyecto no fue el guión, la dirección, la iluminación ni la interpretación... no, el colofón, el extra de superioridad, lo puso Alex Hall, responsable del montaje, Editor en inglés. Sí, el montaje fue el responsable de que el enganche fuera máximo, durante muchos capítulos estuve en vilo: «¿hasta dónde va a llegar esto?... no es ninguno de los protas seguro, pero...»

Hasta que aparece el vídeo... el fanático y desgraciado vídeo que nunca debió existir... aunque me creo que exista, ése y múltiples parecidos a él... entonces lo vi claro, «el caso presente también se va a resolver... pero ¿cómo?»

De modo que, aunque el camino fuera excepcional, el último capítulo me defraudó, sólo un poco, pero lo hizo. Toda la innovación de la serie, comenzando por la fabulosa cabecera, se esfumaba con éste capítulo. Para empezar fallan los traspellados de las traducciones o los doblajes o quienes sean los que se tienen que coordinar para traducir los capítulos, éste se titula Forma y vacío (Form and void, en original)... estuve todo el capítulo pendiente de qué personaje usaba la frasecita... nada... ¿alguién la escuchó en castellano?

Para continuar... la escena de acción estuvo emocionante, lo reconozco, un martillo arrojadizo tuvo la culpa, aunque era obvio que iba a acabar BIEN. Sí, bien en mayúsculas, en sentido americano... cuando la pantalla, por fín relajada, se convierte en una tela negra opaca no tuve la menor duda de que ambos protas sobrevivirían al acto. Y así fue... no desvelo nada... la serie es innovadora, pero no puede serlo tanto... deberían haber muerto los tres que pierden sangre en la trepidante escena, al menos dos. Entonces sí que hubiera sido colosalmente dramática y me lo callaría... pero no nos olvidemos, los americanos tienen esperanza... hasta el personaje al que da vida McConaughey, el individuo más lúcidamente ataviado de existencialismo de las últimas décadas del cine y la televisión, es capaz de olvidar toda la amargura que lo ha guiado hasta la lucidez para abrazar la esperanza de una vida mejor, de un trabajo bien hecho... el Bien... Matthew, el recaudador, el brujo, el drogas, encuentra lo que necesita, no quiere morir, ni siquiera quiere pasar tiempo en un hospital, tiene fuerzas para valerse, para respirar y encarar una nueva vida... encuentra su «algo»... como tantos y tantos en la historia de l@s human@s. Sí, acaba al estilo americano. Aunque la serie no deja de ser crítica, con unos magistrales apuntes sobre quien maneja la educación en ee.uu., y por desgracia, la maneja también en europa, españa está lleno de concertados.

Aunque haya concluido la serie no he terminado de hablar... la prota femenina, Michelle Monaghan, también lo clava, es parte primordial del puzzle de la trama, su complicidad con sus seres queridos es más que palpable... ¡qué gran montaje! ¡Y que pericia en el uso de la narración! ¿A quién acaba queriendo más, al exmarido o al raudo amante? No me quedó claro si ella vuelve a ver al amante preocupada por el marido o buscando otro polvo... pero los motivos de ella quedan en el cajón de los silencios, cada uno puede pensar lo que quiera, porque lo que resalta la narración es que él no puede pensar en mantener una relación con una mujer en esos momentos, únicamente piensa en la crueldad, el sinsentido de la vida y el absurdo apartar la vista ante la oscuridad que predomina en la sociedad.

Ahora si que concluyo... con la crueldad... Musa me dijo al día siguiente de verla que lo que más le había impactado era que no enseñan el contenido del vídeo, queda en el imaginario de cada uno... sencillamente los realizadores consiguen que te imagines un final, cada cual el que le presente su cerebro, o varios, pues no es el único asesinato que se enseña en la serie. El tercer amigo me preguntó cuando le dije que ya la había visto: «¿No te recordó a las niñas de Alcácer?» Le contesté que sí, un poco, pero sólo a posteriori, pues durante la serie, los asesinatos son más individuales que colectivos... concluyó diciéndome que el gobierno español había untado a la familia del único encarcelado por el caso... y resulta que ya está en libertad... una persona acusada de participar en la utilización y el asesinato de tres menores... ¿y su familia no sufre problemas económicos?

La verdad es que no seguí el caso en su momento y no me enteré de todos los detalles, pero mi amigo parecía muy seguro de sus palabras y yo no me quito el diálogo de la cabeza... ¡jodidas familias trastornadas! ¿Qué clases de familias se preocupan por ostentar el poder?

No me guardes la simiente.




Así se preparó Musa, protegida, defensiva y abroquelada...

para disfrutar del último capítulo...




...¿se convertirá en la nueva superfelina?

¿Hará buenas migas con Cíclope... o serán enemigos?


Fdo: Mitsuru.



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